lunes, 16 de febrero de 2009

RESUMEN SEMANAL: El mercado se cansó de anuncios

lunes, 16 de febrero de 2009, 15:22 GMTpor Matías Salord
Molfx
(Acceda al Informe COMPLETO, haciendo CLICK AQUI)El día martes tras la presentación de Timothy Geithner de un nuevo plan para “arreglar” (o salvar) definitivamente el sistema financiero, los mercados cayeron con fuerza, impulsados justamente por las acciones de bancos. Los inversores ya no creen más en anuncios, quieren detalles y en mayor medida, hechos. Desde hace meses que se esperan especificaciones sobre los planes propuestos en todo el mundo; la falta de información concreta también abarca a otros países. Cada anuncio que pasa, sin resolución final es un autogolpe de los funcionarios. En un ambiente de gran incertidumbre y malas expectativas, perder la credibilidad, es perder un gran activo. De a poco da la sensación, sobre todo en Estados Unidos, de que el Gobierno esta por entrar “all in” (se juega todo por el todo); pero sin saber exactamente sus cartas, y mucho menos las que saldrán. Lo anterior ayudó a continuar en este mundo al revés, donde tras al anuncio de un plan, los mercados cayeron, ni siquiera el leve repunte de ventas minoristas ayudo. En conclusión, el Dow Jones perdió en la semana más del 5% y el viernes cerró en el nivel más bajo desde el 20 de noviembre.
Fue una semana de asunciones, presentaciones y votaciones en los palacios legislativos. Vienen muchas más. No sólo en Estados Unidos cuesta aprobar los planes estímulo, en Australia el día jueves, el Parlamento no aprobó el plan propuesto por el ejecutivo; tras nuevas negociaciones el viernes finalmente fue aprobado. Y aún, si los congresos aceptan los planes, luego pueden venir los reclamos de países vecinos, como el caso de Francia y la ayuda al sector automotriz de dicho país. La política y la burocracia van demorando la aplicación de las medidas; recordemos que las crisis generan costos económicos y mientras más duran, mayores son. La economía en el mundo sigue sangrando. Francia, Holanda, España y la Unión Europea como bloque, ingresaron oficialmente en recesión; el reporte del Banco de Inglaterra afirmó que el Reino Unido está ante un crisis más profunda que lo esperado (y hasta algunos ya dicen la tan temida palabra “depresión”) y estima que la economía se contraerá un 4% este año; multinacionales continúan informando despidos masivos (Nike, Nokia, USB, por mencionar solo algunas); la presentación de los resultados de las empresas del sigue siendo mala y las expectativas peores. La caída del producto bruto interno en toda la zona del euro, aumentó las probabilidades de que el Banco Central Europeo baje nuevamente su tasa de interés en el próximo encuentro a realizarse en marzo; tras no tocarlas en su última reunión. Otro encuentro europeo que se prepara es una reunión extraordinaria para tratar las medidas que cada país está implementando, tratando de no llegar a enfrentamientos por medidas proteccionistas.
La tasa de los bonos del Tesoro de EE.UU. se mantiene lejos de los rendimientos mínimos registrados meses atrás; aunque esta semana lograron una leve recuperación tras tres de fuertes caídas. Aún así los precios de referencia continúan por encima de sus rendimientos promedio de los últimos años. En los primeros cuatro meses del año fiscal 2009 (octubre a enero), EE.UU. registró un rojo en sus cuentas de 569.9000 millones de dólares (todo un récord para ese período), según el Tesoro. Si bien se esperaba un déficit grande, fue mayor a lo estimado y muy abultado. Por más que Estados Unidos sea la principal economía del mundo y tenga la máquina de imprimir dólares, el déficit fiscal de dicho país no puede crecer a tasas exponenciales, primero porque hay límites económicos y además porque ya se inicia en niveles muy elevados. Tanto déficit, implica más deuda, más bonos del tesoro al mercado, lo cual es un dato fundamental que juega en contra de este papel; por lo cual es de esperar una suba en la tasa de los mismos en los próximos cuatrimestres. Una herramienta lista la tiene la Reserva Federal con el anuncio de que podría comprar bonos del tesoro a largo plazo con el objetivo de bajar dicha tasa. El peligro de esta estrategia esta en la monetización del déficit presupuestario, ya que sería un pase (no directo) de bonos del Gobierno a la Reserva. El gobierno vendió esta semana un récord de 67.000 millones en letras y bonos. El de 30 años tuvo un rendimiento de 3,54%, el más bajo del que se tenga registro, pero más grande que lo esperado. En los otros tramos de la deuda, la tasa a pagar al mercado va en aumento.
En el FOREX no hubo grandes movimientos, ni cambios en las tendencias principales. Los pares que empezaron la semana cayendo se recuperaron y los que comenzaron apreciándose, recortaron ganancias. La libra fue la moneda con peor desempeño, una vez más; al caer frente a una amplia canasta de monedas y sigue estando bajo presión; había amagado con una mayor recuperación pero allí quedo todo. El dólar americano tuvo un buen desempeño, aunque sin realizar grandes movimientos, salvo frente a la moneda británica. Los pares principales entre sí no tuvieron mayores oscilaciones, excepto, como dijimos antes, aquellos vinculados con al libra. El oro cerró en su nivel semanal más alto desde julio de 2008. Es uno de los pocos activos (o quizá el único) que ha vuelto ha niveles anteriores a la explosión de la crisis financiera. Algo lógico, considerando el contexto actual y el ánimo de muchos inversores por buscar un refugio. Sin embargo, llama la atención el tiempo que le ha tomado al oro llegar a estos niveles. En los próximos meses el desafío estará en ver si llega nuevamente a los mil dólares. Muchos analistas dicen que sí, y que ese no sería el techo. La contracara del oro es el petróleo, que cayó fuertemente en la semana (6%) y estuvo en niveles mínimos en dos meses; recién el día viernes logró una recuperación, poniéndole fin a cinco sesiones bajistas seguidas. La caída en la demanda y las perspectivas económicas pueden mucho más que los recortes en la producción por el momento.
Grandes contradicciones
En una exposición frente a un panel del Congreso de EE.UU., los principales ejecutivos de los bancos más grandes que recibieron fondos del TARP (Troubled Asset Relief Program – Programa de Alivio para Activos en Problemas o simplemente bailout a Wall Street), fueron víctimas de ataques verbales por parte de los congresales, que los acusaban de estar malgastando dicho capital, además de asignarles una cuota importante de responsabilidad en la crisis actual. El tema de fondo era para qué se estaban usando los fondos. Los banqueros decían que estaban prestando, los legisladores que no lo estaban haciendo. Desde otro punto de vista, se trató de un paso de presiones; primero de la sociedad a sus legisladores y de estos a los banqueros.
Lo bronca en la sociedad es clara: culpa a Wall Street de la crisis y además, tras el bailout, de que han sido salvados a costa de sus impuestos. Para sumar dramatismo, mientras en la presentación se informa que redujeron los famosos bonos o que no recibirán mientras los bancos tengan en su pasivo deuda con el gobierno federal, funcionarios de Nueva York informaron que las financieras gastaron 18.400 millones de dólares en bonificaciones el año pasado. Parece mucho teniendo en cuenta de que se trató de un año en el que desaparecieron instituciones, colapsó el mercado y se congeló el crédito. Y a su vez parece contradecir los dichos de los ejecutivos. Mientras dicen una cosa, parece que a sus espaldas se hacen otras. Para agregar más, el fiscal Andrew Cuomo dijo que casi 700 empleados de Merrill Lynch habían recibido bonos superiores al millón de dólares. Recordemos que Merrill Lynch tuvo pérdidas récord y fue adquirida por Bank of America evitando su quiebra.
Volviendo a los legisladores y recordando el momento en que fue aprobado el TARP, nos preguntamos si ¿acaso el bailout a Wall Street fue para que los bancos presten dinero? En aquéllos días, se estaba tratando de salvar al sistema financiero de la quiebra, recapitalizando bancos, con el objetivo final (a largo plazo) que vuelvan a prestar, pero con el corto plazo en la mira y la posibilidad de un colapso mayor. Han pasado recién cinco meses desde la quiebra de Lehman Brothers.
¿Habrán cambiado los legisladores o son síntomas de que el salvataje fue una aprobación a ojos cerrados por los miedos que se corrían en septiembre?Los congresales que exigen a los bancos que presten, parece que no tienen en cuenta que le están diciendo eso a las mismas personas a las que acusan de haber prestado sin ver a quien prestaban. Si hoy uno ve a quien presta, dudaría si prestar o no, ya que estamos en el medio de una crisis grande, y muchos de los que solicitan crédito, están en pésimas situaciones. Si hasta el mismo Congreso debatió durante semanas si le otorgaba fondos federales a las automotrices de Detroit.
¿Y si estornuda China?
Hay una frase que dice “si Estados Unidos estornuda, el resto del mundo se resfría”. La misma parecía que iba a quedar vieja en la crisis actual, ya que se confiaba en que los países emergentes no iban a sentir el contagio. Por el momento se han contagiado. Con el paso del tiempo, China cada vez ha obtenido más peso económico en el mundo, siendo hoy la única de las tres económicas más poderosas que no ingresó en recesión. Una pregunta a formular, con cierto temor, es que pasa si China se resfría ahora. Si bien hay analistas que encontraron signos alentadores esta semana, también se conoció que las importaciones chinas cayeron 43%. Ese dato implica que el resto del mundo le vendió un 43% menos a China. ¿Qué pasa si sigue ese rumbo?
Otro riesgo más a tener en cuenta, es que a diferencia de la economía de Estados Unidos, la asiática, depende mucho más en la industria y la inversión, que en el consumo. La inversión tiende a ser más volátil que el consumo; es decir, el golpe de malas expectativas a futuro puede generar grandes daños a la economía china. El optimismo puede venir por el lado del gobierno, cuya situación financiera actual con bajo endeudamiento, altas reservas y superávit fiscal, le permite implementar planes de inversión que reemplacen la caída en la inversión privada por inversión pública. O si no, podrían realizar un intercambio masivo y traer estadounidenses a China.
En conclusión, si China llegara a resfriarse, ¿el resto del mundo se engripará?

Lectura negativa del plan de rescate estadounidense

lunes, 16 de febrero de 2009, 09:50 GMTpor Dept. de Análisis Agenbolsa
Agenbolsa
Las principales bolsas europeas cerraron la semana con notables descensos que de más a menos fueron los siguientes: -5% el Dax, - 4% el Cac, -3.3% el Ibex y un -2.4% el Footsie. Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones cedió un 4.7%, mientras el S&P y el Nasdaq perdieron un 4.4% y un 3.2%, respectivamente. El motivo principal fue la desconfianza generada a raíz de la publicación del plan de rescate por parte del Gobierno estadounidense junto a unos débiles datos macroeconómicos que extendieron el escepticismo entre los inversores.
A nivel macroeconómico en EEUU, las peticiones semanales de subsidio por desempleo decepcionaron constatando el empeoramiento de la situación del mercado laboral mientras la confianza del consumidor de Michigan quedó muy por debajo de lo esperado. Sin embargo, el dato de ventas minoristas sorprendió al quedar mucho mejor de lo previsto aunque sólo repercutió en los mercados en un primer momento. En Europa, el PIB de la zona euro cayó más de lo esperado mientras el dato de producción industrial experimentó una fuerte contracción.
Por lo tanto, el plan de rescate estadounidense, a pesar del optimismo generado en un primer momento por su inminente aprobación, acabó por tener una lectura negativa debido a la desconfianza sobre la efectividad de las medidas en el corto plazo. Paralelamente, el sector financiero fue de los más penalizados durante la semana, constituyéndose de nuevo en un obstáculo parar las bolsas, siendo esta vez Lloyds el protagonista de la semana que experimentó caídas espectaculares tras las publicación de notables pérdidas por parte de su filial HBOS.
A lo largo de esta semana la atención de los mercados se mantendrá centrada en las nuevas referencias macroeconómicas en EEUU como la producción industrial, la utilización de la capacidad productiva, los precios a la producción, el paro semanal, el índice de indicadores, el índice de Filadelfia, el IPC interanual y su subyacente. En Europa, conoceremos el índice Zew de Alemania, la balanza comercial de la zona euro y los PMI’s tanto del sector servicios como manufacturero.
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